jueves, 17 de enero de 2008

Interludio: en otro plano dimensional

Lo puedo sentir, está cerca, la hora se acerca.
Incontables años, por fin valdrán la pena.
Por mis hermanos, por mi pueblo.
No aguanto más.
Esperar, sí, esperar, esperar que se complete la transfusión.
He olvidado el aire, la sensación al toque,el sabor de las cosas.
El dolor, que daría por sentir un poco de dolor.



martes, 15 de enero de 2008

Aquel que dejó de hablar

Capítulo 1
La tarde pintaba bien para el equipo, la zona estaba vacía, la habían cerrado para ellos, trabajaban sin molestias, el calor era soportable pero de momento cuando las nubes se movían un poco y dejaban pasar los rayos del sol en verdad se volvía agobiante; no importaba, harían su trabajo como fuera.
La exploración era demasiado sencilla, era la 3era vez que Robert era convocado para hacer ese tipo de operación, primero en egipto luego en jordania y ahora en méxico. En las 2 anteriores había logrado su cometido, sonaba fácil, siempre sonaba fácil, pero nunca es igual y lo que ha aprendido es que la desconfianza y los engaños eran la columna vertebral del ritual de la guarda de tumbas. Anteriormente aventureros y científicos habían explorado las zonas donde a él se le llamaría mas tarde a investigar, pero sólo él con ayuda de Daniel pudieron encontrar lo que se pensaba inexistente, eran los mejores.

Sacar los restos de una tumba no implicaba mucho esfuerzo y menos con la tecnología que en ese momento empleaba Daniel, mejor amigo de Robert, segundo al mando en las expediciones y encargado del área técnica.

Por fin dieron con lo que buscaban, los restos de la tumba de Tonatiúh encontrada en la zona arqueológica de Aztlán , éste había sido un monarca lleno de intrigas, el último de la civilización Tlotoxán, él era el gobernante justo cuando los Tlotxs dejaron de existir sin rastro alguno.
-llegamos- dijo Daniel mientras observaba un monitor.
-¡Eso es todo muchachos!- gritó eufórico Robert y en ese momento se reflejó una sonrisa en la cara de todos, unos sabiendo que formaban parte de algo increíble otros simplemente porque sabían que a continuación vendría el descanso.

Todos estaban muy emocionados de haber llegado al fondo y encontrar lo que se esperaba: joyas y adornos fúnebres confeccionados a base de oro y otras piedras preciosas, había una gran máscara de jade y otras piedras que a través de la cámara-ojo del Minioide eran imposibles de distinguir, una especie de guanteletes de onyx, ropa con hilos de oro, aretes y collares de perlas del tamaño de una nuez. También el Minioide se asombraba, o por lo menos lo fingía muy bien.
Sus nombres pasarían a la historia y lo sabían.

Había algo que no esperaban, un tubo, lo sujetaba la cadavérica mano del rey, podría ser una especie de bastón o báculo o algo importante o significativo y a primera vista se veía en buen estado. El Minioide siguiendo las instrucciones y sabiendo lo que debía hacer, con mucho cuidado fue sacando una a una las piezas, su agilidad era impresionante así como su capacidad, podía cargar 3 veces su peso sin ningún daño a corto plazo. Era un diseño modificado por Daniel.

Las cosas fueron transportadas al “laboratorio” del campamento. O por lo menos ese era el nombre que parecía colgado de la tienda donde Robert y Daniel hacían sus estudios de último momento u donde observaban e investigaban las cualidades y orígenes de alguna pieza.
En el laboratorio Daniel y Robert manipulaban las cosas de la forma más cuidadosa posible, anotaban sus características y las catalogaban.

El báculo era un pergamino ligeramente gastado con los años, pero se había tratado para que no fuera así, sus creadores lo habían conseguido. Tenía extraños jeroglíficos, que para Daniel no significaban más que garabatos de un niño, pero para Robert eran casi como las mismas letras del Real.

Robert era experto en culturas antiguas, dominaba sus idiomas creencias y todo lo relacionado con ellas, era graduado de la última y única escuela existente del giro, la Academia Mundial de Arte y Cultura. Él era el indicado para leerlo así que lo intentó. Empezó, primero lo repasó en su cabeza, no tenía sentido lo que decía, entonces lo empezó a pronunciar “tixtl xul tixtl”, Daniel lo miraba y ligeramente interesado le pregunto-¿Qué carajos significa eso?- soltando una risa al final de la pregunta.

De repente un aire frío se sintió en el laboratorio, Robert seguía pasmado y mientras Daniel revisaba el aire acondicionado dijo- significa “mi vida en tu vida”, pero no entiendo que tiene que ver –miró a Daniel como regresaba a su lugar.
-El aire estaba bien calibrado, seguro se está haciendo viejo…como nosotros-volvió a reír.
Siguieron con sus notas y etiquetas todo el día. Platicando de lo que harían cada uno con sus próximos días libres. En la nueva era después de la Guerra de los Libros no existía el desempleo, los trabajos menos específicos como los de servicios eran hechos por turnos, una persona lo hacía del día 1 al 3, otra del 4 al 6 y otra del 7 al 9, legalmente habían dejado de existir los fines de semana así como los nombres de los días. Por tanto los religiosos que tenían un día sagrado simplemente lo adecuaron, en vez de consagrar el sábado, lo hacían con el 6 y así. Y los trabajos más específicos como los de los nuevos ingenieros, transplantistas o los mismos arqueólogos entre otros tenían 3 días libres de la Novenaria.

Robert y Daniel se habían conocido en la primera expedición de ambos por mera casualidad.
En ese entonces Robert trabajaba para Ali Fayed un importante arqueólogo musulmán que empezaba a lidiar con tecnologías nuevas,los Minioide, un humanoide pequeño, del tamaño de la palma de una mano o menos dependiendo las necesidades, con la inteligencia suficiente para seguir ordenes claras pero no para actuar por si mismo, se podía “hablar” con ellos para ordenarles y si en algún momento de su labor se encontraban con algo que no estaba en los parámetros de las órdenes y no era posible entablar una conversación directos para reordenar, había un pequeño control remoto con el cuál les podías decir de que manera actuar.

La investigación que Ali hacía en ese momento no era muy trascendental, lo más importante era adquirir experiencia en el nuevo y caro Minioide. Éste debía de entrar en un pequeño túnel, subir unas escaleras y fotografiar unos jeroglíficos.Algo que ya se había hecho en días de trabajo el lo haría en 1 (el camino ya estaba hecho) y confirmaría que las imágenes adquiridas aquella vez eran las únicas.

La gente pasaba de largo, no llamaban tanto la atención ni se veía mucho movimiento en el costado de la pirámide invertida como para que alguien quisiera ver, excepto por una persona Daniel, él era un recién egresado de Oxford que en ese momento se había convertido en la número 1 de tecnología (justo después de la “Guerra de los libros”).

La pirámide invertida era única, la ingeniería que usaron para montarla en aquellos tiempos seguía siendo desconocida para le mundo. Una cuarta parte de la pirámide se encontraba enterrada así que sólo se veían tres cuartas partes asomadas al cielo, era hermosa, tomar la sombra en una cosa así hacía que tuvieras miedo otros simplemente se relajaban y disfrutaban y otros como Robert trabajaban.

Ali estaba preocupado mas que interesado por su trabajo, sabía que si salía mal, si el Minioide fallaba, sus jefes no lo verían así, el fallo habría sido suyo. Así que sólo daba vueltas de aquí para allá balbuceando súplicas a cualquiera de los dioses que lo escucharan.
Ya se había demostrado la existencia de un solo dios no ligado a ninguna religión, pero él era un hombre de creencias, de fe ciega, rezaba como su abuela le había enseñado a su madre y ésta de misma forma a éste. Lo hacía ahora y lo haría hasta el mismo día de su muerte.
-Está fallando-dijo alguien
-el minioide está fallando-siguieron

Robert estaba ahí mientras Ali daba 5 zancadas para llegar al punto, apurado y con ojos llorosos a causa de una mezcla entre temor y enojo.
Daniel se mantenía observando a aquellos energúmenos en busca de una solución rápida, ni se inmutaba, como si estuviera viendo a través de las personas y siguiera contemplando la pirámide.
Robert sabía que su estancia de momento en el círculo de discusión era absurda e innecesaria.
El técnico encargado del monitor en el que se ve el progreso del Minioide empezó a hablar con un tono muy nervioso.

-Estaba bien, de repente parece que se había empezado a balancear un poco y cada vez más, estando parado, hasta que la cabeza llegó al piso, como si hiciera un arco invertido perfecto- terminó la frase esperando gritos o reprimendas, no era su culpa, pero aún así las esperaba.
Nadie dijo nada, todos pensaban en cual sería el problema, excepto Ali que se limitaba a pensar –Me van a coger, me van a coger bien duro.

Una voz se oyó de alguien que no estaba en el grupo.
-Es el giroscopio integral de media potencia que usan éstos modelos-dijo Daniel- ustedes usan seguramente una pila de alta potencia porque así se las recomendaron, pero no sabían el pequeño detalle sobre su robot, han debido de leer el manual primero-rió. Desde entonces reía mucho por cualquier cosa.
-Claro- sonó a coro la respuesta de los técnicos que acompañaban a Ali.

Ahora el arqueólogo novato era el espectador del trabajo del que parecía ser un técnico. Robert era una persona que respetaba más al conocimiento que a la persona, así que desde ese momento, respetó a Daniel.
-Que podemos hacer…habla- gritó Ali intentando mantener la calma y bajar su tono de voz, pero era en vano, gritaba de todas formas.
-Sus funciones primarias aún funcionan, sólo que ahora mide la mitad-rió de nuevo- pueden traerlo de nuevo invirtiendo la memoria de comandos, aquí lo repararé.
Así lo hizo, a partir de ése día Robert y Daniel trabajarían juntos.

Seguían catalogando todo.



miércoles, 9 de enero de 2008

A mis lectores

chicas y chicos lectores de mi blog ( mantengo la esperanza de que haya tales) pronto pondré un cuento largo de mi creación del giro scifi no se decepcionarán ya lo verán, va como a 1/4, apenas se está cocinando bien, les adelanto el título: "Aquél que dejó de hablar". Gracias por esperar (en vdd espero no hablarle a la pared o peor... a mi computadora).